Friday, February 15, 2008

La biología de la fe III

Para bien o para mal, nuestras emociones son automáticas, y mientras nos proporcionan aquellas cosas habladas por los poetas, nuestras emociones aseguran nuestra supervivencia a través de la pasión, el miedo, la agresión, etc.Algunos creen que nuestra capacidad de razonar vino por si misma con el desarrollo del lenguaje. Cuando comenzamos a crear y usar el lenguaje, empezamos a reducir conceptos a símbolos de palabra. Esto a la vez, nos capacitó para incrementar la complejidad y precisión de nuestros pensamientos. Con nuestra recién encontrada capacidad para pensar lógica y analíticamente,logramos trascender nuestro predominantemente emocional panorama del mundo. El razonar, sin embargo, es un proceso que necesita información adecuada si va a alcanzar conclusiones adecuadas. Por mucho que nuestros ancestros recien empezaban a descubrir como funcionaba el mundo, su limitada comprensión necesariamente limitó sus conclusiones. Esto junto con otros problemas que el cerebro tiene para percibir el mundo produjo sistemas de creencia ancestrales simplistas que hemos observado en culturas primitivas equivalentes actuales. En otras palabras, el razonamiento conlleva mucho mas que adquirir la capacidad de razonar.Como creer satisface nuestras necesidades emocionales.

De donde sea que vengan los mitos, estos nos facilitan un sentido de control sobre lo básico de la vida, y paz mental para entender el mundo. Nos enlaza con la inmortalidad, y en algunos casos con un padre sobrenatural o guardian capaz de protegernos. A través del miedo, nos hace comportarnos socialmente de manera aceptable, homogenizando nuestras necesidades individuales con las del grupo. Aun si nuestros mitos nos decepcionan, es más fácil creer en un mito confortante que en una realidad dolorosa. A través de la historia, tanto los eventos terrenales como los celestiales han sido interpretados por nuestros ancestros usando el conocimiento de SU día. En Egipto el sol era jalado por el cielo por el Dios Ra. Aun las personificaciones contemporaneas son más reconfortantes y comprensibles para aquellos de nosotros que no entendemos o aceptamos lo que la ciencia ha aprendido sobre la naturaleza. Es una realidad del comportamiento humano que la decepción puede llevar al rechazo o a la aceptación. Rechazar algo que nos decepciona es normal, "si no funciona no lo hagas otra vez". Pero lo opuesto tambien es cierto. "Si falla, defiendelo". Asi son las creencias RELIGIOSAS, por ejemplo. Cuando las creencias (fe) son débiles, la desilusión tejida con expectativas frustradas probablemente nos conduciría a NO creer. Sin embargo, cuando la fe es fuerte, oraciones (rezos) no contestadas o una TRAGEDIA PERSONAL son recibidos con sentimientos de desorientación, o incapacidad para entender "los caminos de Dios". tales cosas pueden incrementar la necesidad de fortalecer la fe. En nuestra etapa de mayor necesidad de apoyo sería impensable permitir que nuestra desilusión provoque que rechazemos en lo que meramente dependemos para confortarnos. Este es el mecanismo que hace que las discusiones sobre creencias basadas en fe con un creyente devoto sean i n ú t i l e s . . .

"Las ideas religiosas no son producto de la experiencia, ni resultado de la reflexión; son ilusiones, realizaciones de los mas antiguos deseos". Sigmund Freud.

The biology of belief: "How our biology biases our beliefs and perceptions".Joseph Giovannoli.

Traducción: Selfruled Society.

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